Un título bastante corto ¿verdad? Estamos en un momento en el que cada uno de nosotros, y cada empresa también, está buscando su nicho de mercado, nos definimos de forma diferente, cambiamos el nombre de nuestro puesto en función de nuestras expectativas, de lo que queremos ser, o de lo que creemos que ya somos.
Me defino ahora como growth design e intento pensar siempre en objetivos en probar conjeturas en decir vamos a experimentar más allá de la experiencia de usuario, ¿pero realmente lo soy?
Buena pregunta, ahora mismo creo que estoy en el camino, en experimentar y siempre llegar más lejos, pero hay un pensamiento que constantemente me lastra, es esa autoevaluación que nos hacemos continuamente en este mundillo, porque independientemente de que te quieras llamar Growth designer, Product designer, UI o UX designer, como quieras…
Hay preguntas que son inevitables
El mundo del diseño ahora mismo es un paradigma turbulento en el que nos podemos perder en las nomenclaturas, como decía antes, pero, no sé si a vosotros os pasa, hay preguntas que no para de hacerme. ¿Soy creativo? ¿Eficiente? ¿Versátil? ¿Estoy al día? ¿Soy capaz de trabajar bien en equipo?
Son preguntas fundamentales de muchos puestos de trabajo creativos, pero vamos que lo mismo puedes estar de contable y que también te hagas esas preguntas.
En mi caso me las hago bastante porque cada vez he ido teniendo más responsabilidad. Y me he dado cuenta de que tengo que ser muchas cosas, probablemente demasiadas.
Cuando tienes que ser tantas cosas que te pierdes
Pues eso, que si nos fijamos en las preguntas tenemos que ser demasiadas cosas, creativos, estar a la última, adaptarnos a proyectos tiempos y necesidades tanto de los clientes como de la empresa, trabajar en equipo, tener paciencia con los clientes, ser didácticos con ellos, formar al resto de la gente…
Somos demasiado, hay días que me gustaría volver a ser simplemente diseñador de prácticas. Sin más responsabilidad hacer pruebas, experimentar y pasármelo bien. Pero claro, sería dar un paso atrás tan grande con respecto al salario que es prohibitivo.
Pero sí que tengo ese pensamiento, esa idea, de que de vez en cuando deberíamos permitirnos volver a ese estado primario, el de ser solo una cosa, con un objetivo que es la experimentación y volver a disfrutar como en esos momentos del trabajo.
Sobre todo ya que nos dedicamos a un trabajo creativo. Y olvidarnos de vez en cuando de todo lo demás.
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